Rutinas y hábitos: aprendizaje fundamental en la Educación Infantil
Desde un punto de vista genérico, entendemos
por rutinas aquellas actividades que realizamos diariamente de forma
regular, periódica y sistémica con un carácter ineludible.
En cuanto a los hábitos, consideramos que son modos de actuar que aprendemos y/o adquirimos con la intención de satisfacer nuestras rutinas y que, a través de ellos, nos sentimos más seguros en el modo de obrar ante distintas situaciones.
Es por ello que, instaurar rutinas y hábitos adecuados durante la etapa de Educación Infantil permite desempeñar importantes funciones en relación a la configuración del contexto educativo mediante la secuenciación espacio-temporal de las aulas a través de la repetición de actividades y tareas. De hecho, el Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación Infantil establece como una de las tres áreas curriculares a trabajar el conocimiento de sí mismo y la autonomía personal.
Por tanto, para promover la adquisición progresiva de la autonomía en las actividades habituales del alumnado, y siguiendo a Zabalza (2010), las principales funciones que desarrollaríamos al trabajar rutinas y hábitos en el entorno infantil serían:
- Ofrecer un marco de referencia. Una vez que se ha aprendido la correspondiente rutina, el niño o niña es capaz de concentrarse en lo que está haciendo sin pensar ni preocuparse en lo que vendrá después.
- Generar seguridad, dado que se trata de una actividad conocida por quien la realiza.
- Actuar como indicador temporal, puesto que aporta una percepción sensorial de los distintos momentos en los que debe efectuarse la actividad permitiendo saber qué es lo que hay que hacer antes y qué después.
- Potenciar procesos de captación cognitiva, referida a las distintas estructuras que presentan las diferentes actividades a realizar.
-
Desarrollar virtualidades cognitivas y afectivas a nivel metodológico con motivo de las posibilidades de aprendizaje posterior que tendrán los niños y niñas respecto a la adquisición de estrategias de planificación y organización de los aprendizajes.
De este modo, debemos considerar las rutinas como puros aprendizajes que contribuyen a una mejora de nuestra capacidad cognitiva, por lo que se trata de procesos que el alumnado debe aprender en el seno del aula y la familia deberá tenerlo en cuenta para establecer unas rutinas en el hogar que a buen seguro contribuirán al desarrolllo psicológico de sus hij@s.
Ahora bien, como todo aprendizaje, y más tratándose de niños y niñas de Educación Infantil, resulta necesario fijar unas pautas metodológicas que contribuyan a organizar y sistematizar estos aprendizajes adecuadamente siguiendo siempre el mismo orden en las actividades y mencionando claramente y con cierta frecuencia por parte del profesorado el nombre de la rutina a trabajar.
Igualmente, podría ser interesante establecer un signo explícito que marque la transición de una fase a otra para que los pequeños y pequeñas identifiquen claramente el cambio de actividad que va a producirse.
En cuanto a la secuencia ideal para el
aprendizaje de rutinas y hábitos en esta etapa educativa, resulta
importante incidir en que debería incluir distintos tipos de actividades
para promover la generalización de los aprendizajes a entornos no
estrictamente educativos.
Estas actividades podrían ser:
- Individualizadas, en pequeño grupo y en gran grupo.
- Realizadas independientemente por el alumnado.
- Apoyadas por el profesorado o los adultos.
- Con implicación de desgaste físico y de quietud y relajación.
- Realizadas en entornos de interior y exterior.
- Relacionadas con la limpieza propia y de la clase.
Por otro lado, cabe destacar que las rutinas en Educación Infantil no deben trabajarse como elementos rígidos e impositivos, sino como procedimientos de estructuración ya que contribuyen a crear un contexto de seguridad a través de la conservación y mantenimiento de pautas. De este modo, cuando los niños y niñas se vayan adueñando de las actividades habituales, irán ganando en posibilidades de introducir matices para su realización.
Es en esta dinámica de flexibilización de pautas, e incluso en las dificultades ocasionales que puedan sobrevenirles, dónde aportarán sus propios aprendizajes y formas de resolución (por ejemplo: una actividad que se alarga más de lo previsto, un pantalón nuevo que no se sabe abrochar, un instrumento cuyo uso desconoce, etc.).
Dicho esto, podríamos identificar como las principales rutinas a trabajar en la Educación Infantil, tanto a nivel curricular como a modo de educación transversal y en el hogar, las siguientes:
1. EL ORDEN
2. LA HIGIENE
3. EL VESTIDO
4. LA ALIMENTACIÓN
5. EL DESCANSO
6. LA CONVIVENCIA
PARA SABER MÁSANTÓN, E., ROMERA, R., SAAVEDRA, M., SIMAL, Mª M. y VILLAR, Mª R. (2003) Actividades en Educación Infantil. Barcelona. Ed. CISSPRAXIS.
GALLEGO ORTEGA, J.L., FERNÁNDEZ HARO, E. (2003) Enciclopedia de Educación Infantil. Archidona (Málaga). Ed. Aljibe.
VALLET, M. (2004) Educar a niños y niñas de 0 a 6 años. Barcelona. Ed. CISSPRAXIS.
ZABALZA, M.A. (2010) Didáctica de la Educación Infantil. 6ª EDICIÓN. Madrid. Ed. Narcea.
Educación de las rutinas en el hogar. www.familia.edusanluis.com.ar
¿Por qué es tan importante la educación infantil?. www.ceapa.es
Este documento ha sido elaborado por Marta Guzmán Escobar, Orientadora Educativa de los centros CEIP “Fábrica de Armas” y CEIP “Valparaíso” de Toledo.
Documento extraido de:
http://www.familias.apoclam.org/inicio.html
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